POBLADO MINERO DEL BARRANCO DE VALDEPLATA
CALCENA (Zaragoza)
Visita el 28 de Julio de 2012
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Como si quisiera decir algo |
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Camino o pista que llega hasta mitad del barranco |
"Dile silencio, que son los quejidos, aliento del tiempo esperando y rogando por un solo toque del viento. Te dirá que son las paredes del recuerdo que caen y envenenan el suelo donde pisaron mis abuelos". (Pedro Cardiel Uceda)
A
las nueve de la mañana, llegué al desvío señalizado en el km 34 de la
carretera que va de Trasobares a Calcena. Dejé el coche a la entrada del
camino, aunque éste se adentra bastante tramo y podría hacer con el coche
casi la mitad del recorrido, no quise, en primer lugar, por no contaminar la
naturaleza que se respira en ese lugar, y en segundo por lo bello del paisaje
que desde dentro del vehículo no se aprecia igual que andando.
Nada más bajarme del coche y con la cámara de fotos al hombro, divisé al otro lado del barranco un corzo joven que seguro había bajado en busca de
agua. Como si me conociera se quedo quieto mirándome, quizá extrañado de
verme por allí, aproveché en ese momento para hacer unos disparos con mi
cámara, que maravilla de vista, se fundía su silueta con las encinas y el
matojo del monte.
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Una de las primeras casas y escombrera |
Continué el camino, en el paraje se divisaba un manto húmedo que cubría
su superficie, debido a que el día anterior y por la noche había habido una
tormenta y llovido bastante, por lo que el ambiente estaba muy húmedo, incluso
salían caracoles por el camino, y por supuesto disparé unas fotos.
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Detalle de una ventana de uno de los edificios |
Llegué ya al final de la vía por dónde teóricamente se podría haber
adentrado con vehículo, en ese momento se perdía toda la noción de orientación
para llegar a las minas, al no ser que se conozca el lugar, y yo lo conozco,
soy nacido en Calcena y ya he ido más veces a las minas, aunque la última vez
que estuve, de eso hace mucho tiempo y desde luego el barranco se ha cubierto
de vegetación y se ha perdido toda señalización de camino. Así que lo más fácil
para encontrar las minas es seguir el barranco hacia arriba, muchas veces con
dificultad, ya que hay muchas zarzas y juncos que tienes que apartar para no
arañarte.
Observé que el barranco, en algunos sitios, estaba marcado con mojones de
piedras, señal que demuestra que hace poco alguien visitó estos parajes. (Seguro que fue Rocío de Encanto del Moncayo que una semana antes estuvo en las minas y relata su experiencia en su blogger: http://encantodelmoncayo.blogspot.com.es/2012/08/tesoros-del-moncayo-en-el-valle-de-la.html , gracias Rocío tus aportes sobre el Moncayo en general y sobre Calcena en particular son maravillosos.
Después de serpear el barranco y con muchas dificultades divisé la
primera casa del poblado minero en la que se aprecia las escombreras de tierra
que extraían de los pozos. Reina en esta zona un silencio de paz y de
tranquilidad, hay una combinación entre las construcciones de piedra de las edificaciones y el paisaje
que allí se divisa mires en la dirección que mires y ese contraste forma lo
salvaje de la zona, que en una época tuvo su apogeo, ya que hubo varias etapas
a través de la historia con una gran actividad minera. Ya los romanos sacaban
plata de estos pozos para acuñar sus monedas, pero antes los celtíberos pagaban
a éstos sus tributos con la plata que sacaban de estas minas. La actividad más
reciente que se tiene conocimiento es la que cita Madoz que fue en el segundo
tercio del siglo XIX.
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En este edificio se puede apreciar en su pared una de las palometas
del tendido eléctrico, por lo que la electricidad estaba presente |
La existencia de diversos yacimientos en la
región provocó una industria extractiva. Tuvieron gran importancia con muchos
altibajos las minas de Calcena situadas junto al río Isuela, en el denominado
Valle de la Plata o «Val de Plata» como
se conoce en Calcena. Frecuentemente inutilizadas por la inundación de sus
galerías, volvían a ponerse en explotación por corto tiempo. El último periodo
de actividad minera en Calcena fue en el segundo tercio del siglo XIX. Madoz
cita 40 obreros trabajando diariamente en la extracción de cobre, plomo y
plata. Hubo antiguamente en Calcena pequeñas fundiciones, aún queda un edificio enorme con unos arcos muy
bellos, ya en ruinas, toda la estructura que queda, está en peligro de
derrumbarse. Aún pueden verse donde estaban ubicados los hornos, pero en el
siglo pasado se llevaba el mineral a Borja para reexpedirlo desde allí. Ante la
falta de carreteras, tenían que llevarlo a lomo de mulas, por lo cual la
explotación no era rentable. La causa decisiva, con todo, de su abandono fueron
las inundaciones constantes de las galerías. También en este pueblo hay mármol
negro, pero tiene la misma dificultad de transporte y además es quebradizo, por
lo que su explotación tampoco resulta rentable.
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Una acción de la Sociedad Minera de Santa Constancia |
En 1845 se
creó la Sociedad Minera de Santa Constancia para explotar la mina Ménsula y
pozos posteriores, esta compañía trabajó allí hasta 1864 y construyó varios de
los edificios, que hemos visto. Se
levantaron cuarteles para los mineros, una gran casa utilizada como sede de la
compañía y vivienda de los capataces, edificios para talleres, almacenes,
caballeriza, laboratorio y hasta una capilla. A los obreros se les alquilaba
una habitación que no tendrían que abonar si aguantaban seis meses seguidos
trabajando 12 horas diarias; si esto era así a su sueldo de 11 reales diarios
se les sumaba además un extra de otros 180 reales por trabajar continuamente
sin interrupción, así que nos les quedaba otra alternativa que afincarse allí
en las casas construidas.
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Dentro de este edificio se halla uno de los pozos mineros |
Los pozos que se conocen: pozo Maestro,
Santa Constancia, Ménsula y Babila. El mineral se extraía primero tirado por
bueyes y ya más adelante se invirtió en una máquina de vapor, por lo que tuvo
que haber una gran actividad y rentabilidad en esa etapa, ya que se seguía
invirtiendo. Seguramente más adelante
bajó esa actividad, primero debido a que se agotó bastante el mineral pues la
cantidad de plata por tonelada de tierra era ya mínima, segundo las continúas
inundaciones de los pozos, que debido a ello había que paralizar la actividad,
y por último el abaratamiento de la plata en el mercado, debido a que no se
podía competir con América, ya que allí la mano de obra era de esclavos.
El abandono de los pueblos en nuestro país ha sido un fenómeno
lento, tal vez tan lento como la propia historia, un largo camino por los
siglos en el que muchos pueblos han quedado atrás sin remedio y dejando breves
huellas. Sin embargo en España, la vida rural fue condenada definitivamente en
los años cincuenta del siglo XX, la emigración a las
ciudades y al
extranjero vació aldeas y pueblos en solo varias décadas, comenzó a morir así
una forma de vida que echa sus
raíces en la
Edad Media. La mecanización del campo, la autarquía y la falta de expectativas
echó a los jóvenes a las ciudades y los pueblos quedaron solo para los viejos.
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Detalle de una de las puertas |
Pueblos barridos por la ponzoña del polvo, del viento ceniza que
lame puertas y muros. Piedra sobre zarzas o ventanas con la vista rota. El
tiempo va andando y conserva lo que quiere a su capricho, una vieja maleta con
algunas cartas en un dormitorio, el carro que arrastró la mula o la hoz de
miles de horas de siega. Lugares que así quedaron porque nadie quedó o porque
todos marcharon de golpe y con prisas por culpa del miedo.
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Uno de los edificios por dentro |
Conservar sirve para recordar, sin los útiles tallados no
sabríamos de los hombres de la edad de bronce, no sabríamos nada de nosotros
sin las murallas o las acequias que siguen ahí a su transcurso para enseñarnos
lo que fuimos.
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Que bien se conservan las paredes de piedra |
Pero ahí está este poblado, viendo como
pasa el tiempo, y que poco a poco, hoy una piedra, mañana la lluvia arrastra la
tierra y se hunde una pared, ahí está y ojalá se tomara conciencia de lo que
significa en la
historia de
Calcena y se pudiera hacer un plan de conservación de la zona, pero me temo que
va a ser muy difícil y que sólo permanecerá en la
memoria de
los que lo conocimos.
Pedro Cardiel Uceda – Agosto de 2012
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Detalle de un arco de uno de los edificios |
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Ahí está aguantando |
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Qué paz se respira en este lugar |
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Interior, destaca su buen estado de conservación |
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Todos los edificios están sin techo,
pero sus paredes aguantan |
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Pozo de desagüe
por donde se extraía la tierra con el mineral |
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Pozo Santa Constancia |